No estaré en Madrid esta Nochevieja, me voy, pero no, no me libraré de las campanas la parafernalia la locura esta que le da a la gente y me temo que tampoco de las uvas.
Las uvas son algo así como mi bestia negra, no me entusiaman pero cada año me esperan, las como sólo de vez en cuando , pero el día 31 a ritmo de campanario me veo obligada a tragarlas, bueno ya imaginareis que si no me apetecen pues...pues asi acabo y empiezo los años, si va a ser verdad que da mala suerte no abrirles el buche.
Las uvas de las fruterias tienen por mala costumbre ser cada año peores, y en alguna ocasión han intentado asfixiarme, normalmente ayudadas por algún inoportuno tocagaitas..
Otro tema son las cosas esas "peladas y sin pipos" almibaradas y decididamente intragables....una vez me las colaron...fué horrible, yo lo catalogaría de uno de los más horribles finales de año que se pueden tener.
Ya añadiré al relato lo que me toca este año, pero una pregunta ¿no podíamos cambiar la tradición por ..no se, doce trocitos de jamón?